Tener un cabello fuerte, brillante y suave es más difícil de lo que parece, la exposición constante al sol o las puntas resecas hacen que el cabello pierda vitalidad. Muchas veces recomiendan los tratamientos con keratina para reparar estos daños pero ¿sabes lo que son?
Conocer sobre este tratamiento te hace sentir más segura a la hora de aplicarlo, porque así sabes cómo actúa en tu cabello. Olvídate del frizz y del cabello seco, la solución está aquí. Continúa leyendo para conocer más acerca de la keratina y los tratamientos que se realizan con ella.
¿Qué es la keratina?
La keratina, también conocido como “queratina”, es una proteína rica en azufre y muy fibrosa que compone la epidermis más externa de animales vertebrados, es decir, está presente en uñas, en el cabello y dientes. También está presente en pezuñas, plumas y cuernos, según sea el animal.
Esta se clasifica en dos grupos, por un lado, se encuentra la keratina alfa, que es la que se encuentra en todos los mamíferos, y la keratina beta, presente en reptiles. La keratina alfa contiene el aminoácido cisteína, mientras que la beta no lo posee, o lo posee en muy pocas cantidades.
Mientras mayor sea la cantidad de aminoácidos que posee la keratina, mayor será su rigidez, de esta forma la keratina también puede ser rígida o flexible. En este sentido, la keratina rígida es aquella que se encuentra en los cuernos y pezuñas, mientras que la flexible está presente, así es, el cabello.
Gracias a la presencia de keratina alfa en el cabello, este puede duplicar su longitud, además, las células de la cutícula compuestas de keratina son las encargadas de proteger el interior del cabello, otorgándole brillo y color.
Si, por ejemplo, el cabello se expone al calor, es probable que la keratina alfa sea transformada en beta, lo que ocasiona que este regrese a su longitud original.
¿Cómo funciona el tratamiento de keratina?
Por esto, el tratamiento de keratina generalmente es utilizado para que el cabello obtenga y conserve la resistencia y elasticidad, además de reparar los daños causados por el sol, por el calor, el cloro, la sal o por la contaminación.
Si nuestro organismo produce poca cantidad de keratina, es necesario aportarla al cabello mediante distintos procedimientos. En primera instancia, se tiene que obtener la keratina mediante distintos métodos de extracción.
Por ejemplo, mediante la hidrolisis, combinando agua, calor y acido, empieza una reacción química que produce keratina. Existen distintas variables, la hidrolisis hidrotermal, acida, alcalina o enzimática, donde lo importante es mantener las propiedades intactas para la aplicación.
Una vez obtenida la keratina, se aplica en el cabello desde el cuero cabelludo hasta las puntas. Allí, las moléculas penetran para reparar las fibras desde la raíz, nutriéndolo, protegiéndolo y regenerándolo desde el interior.
Y aunque la keratina suele asociarse con un alisamiento total y permanente del cabello, lo cierto es que dependiendo de la intensidad del tratamiento, del tipo de extracción y de la cantidad de formaldehido que contenga, puede alisarlo o simplemente otorgarle brillo, elasticidad y resistencia.
¿Deseas un cabello radiante? Ya tienes la mejor recomendación, utiliza keratina y notarás la diferencia.